Hoy hicimos una ruta fantástica, un par de horas, de paseo conduciendo entre viñas otoñales, comiendo kilómetros con una temperatura súper agradable, disfrutando, hermoso ver los cambios que regala esta época del año, los amarillos, ocres, rojos o granates . Me encanta esta época del año para ir en moto. Además, con la mejor copiloto baila conmigo en cada curva, en cada trazada, en cada recta, en cada kilómetro, al acelerar siempre es parte del momento. Al echar un vistazo y ver Montserrat, esa montaña siempre es bella de ver, de observar, de gozar, con el cielo azul moteado por algunas nubes, es momento perfecto para parar disfrutar y crearse alguna duda con la ruta, miramos el GPS, llamamos a un amigo para que nos quitase dudas y seguimos hacia el camino “correcto” vueltecita más o menos, al final lo importante es la ruta, ¿ el destino? Volver a casa después de una visita fugaz a un mercadillo y disfrutar de todo.